En las postrimerías de la sinergia del sonido oigo el candoroso bramido de los ojos que acechan. Los presiento delante de mí. Disimuladamente me muestro un momento; a veces aquí, a veces allí, pero nunca dejo que me vean durante mucho tiempo. Me buscan porque soy su esperanza, y cuando me encuentran me rechazan, porque soy su desconsuelo.
estoy parando en un hotel en buenos aires me gusto este blog, voy a pasar mas seguidos a mi vuelta a casa
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