Incluso el hombre más sabio sólo sostiene una vela en pleno sol.

viernes, 30 de marzo de 2012

Los Escritos 27



Un piano silencioso llora entre tus manos
ese compás indescifrable de latidos quebrados.
Pequeño, pequeño amor.
Un, dos, tres,
al son de tu corazón.
Con tu piel trigueña, distante y bella
que huele a tierra húmeda y a agua seca.
Con esa cadencia de muchacha hermosa en la mirada,
con ese movimiento de secretas fábulas en el alma.
A la luz de tus ojos bailarán el tantán.
Un, dos, tres,
al son de la luna y del mar.

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