Cuando
el tiempo, un día, derribe en el olvido las jóvenes edades y el brioso ímpetu
que emana de la vida misma, podrá alguno de vosotros volver a recordar este
suceso mínimo de pararse a leer un fragmento desconocido para preguntaros: ¿Qué
fábula infinita nos cuenta el corazón que repite en el alma el dulce y fijo
girar de las estrellas? Y entonces, ajenos, como ahogados por una fría soledad,
os llevaréis la mano al pecho sólo para hallar el profundo hueco de una sombra
mientras vuestra mirada se llena de la fugacidad de las palabras y de la
eternidad de un momento.
Eres bueno dibujando, eres bueno escribiendo. ¡Eres un cúmulo de arte rodeado de carne, Juan!
ResponderEliminarSoy un cacho carne (con sabor a pollo).
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