Incluso el hombre más sabio sólo sostiene una vela en pleno sol.

domingo, 3 de julio de 2011

De la ilustración a la viñeta y viceversa

Este no es un caso aislado. Pasa a veces que un dibujo que inicialmente se concibe como una ilustración sin pretensiones, más que las puramente estéticas, salta a la página en forma de viñeta. Sólo que aquí el proceso se revierte y la viñeta vuelve al mundo de la ilustración del que originalmente procedía. Para explicar de lo que hablo he aquí un ejemplo. Un dibujo cualquiera. Una chica y una moto. La idea original era únicamente esto. Hacer una chica y una moto. ¿Que cómo? Fácil: uno se encuentra paseando y de repente dice en voz alta: "Voy dibujar una chica y una moto" y los que lo rodean lo miran con cara de circunstancias. Luego uno vuelve a casa y se pone a ello.



Esto se queda en el cajón unos cuantos días, hasta que desarrollando la historia para Los Días del Futuro resulta que necesito que el personaje de Sundra Lunge enseñe una moto a un cliente que viene a comprar una moto. Pues fácil, como ya tengo un dibujo de una chica y una moto lo meto en la página y lo adapto a la historia, le pongo un traje holográfico, un fondo cutre, las viñetas que acompañan, los textos etc, etc.



El boceto de la página mola, pero no me convence porque parece que el dibujo donde Sundra enseña la moto es demasiado estático y expositivo. Además no tengo forma de meter al cliente de por medio sin que parezca un corta y pega ya que la protagonista está mirando al frente. Le doy vueltas, lo medito, hago el vago, me autoconvenzo de que está bien y lo dejo estar. Pero por la noche no duermo. ¡Qué pesadilla! La página no me llena y yo así no estoy tranquilo. Me levanto a las 4:00 de la madrugada o eran las 11:00 de la mañana, ya no me acuerdo, y me pongo a cambiarlo todo. En primer lugar tengo que situar al lector, así que decido mover las primeras viñetas y ponerlas al final de la página y así empezar con el dibujo más grande en primer lugar. Dos cafés después...



Vale, la página ya es más como quería. Está incompleta, faltan fondos y detalles en los marcos, pero así mejor. Entonces caigo en la cuenta de que Sundra ya no tendrá que enseñar más motos en todo el cómic. ¿Y qué hago con el dibujo que tenía al principio? Pues eso, lo dejo como ilustración que no están los tiempos para ir tirando cosas. Le meto los rótulos del título. Le añado dos rótulos descriptivos para que parezca más vintage y la adorno un poco aquí y allí.



Pero claro, como toda ilustración, así sin color está sosa, incompleta, como un bocadillo sin pan, así que pongo un anuncio en el blog y me contesta Carlos Ríos en primer lugar:



Y Patricio Soto después:



A los que desde aquí les doy las gracias de nuevo.

2 comentarios:

  1. ¡Qué grande, Juan! Me ha gustado leer que no soy el único que puede levantarse en plena noche (o día, sin saber qué hora es) y se pone a terminar de darle forma a una idea que le agujerea la cabeza desde dentro.

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  2. A-c-o-j-o-n-a-n-t-e
    La página definitiva donde la prota enseña la moto me parece una pasada, y esa moto, esa moto me recuerda como no a la Powerbike de Kaneda

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