Incluso el hombre más sabio sólo sostiene una vela en pleno sol.

viernes, 7 de octubre de 2011

Los Escritos Irregulares 2



Fue una tarde en la que no había nadie en casa. Pasé al cuarto de mi hermano a rebuscar en el baúl de los libros. Una araña se me posó encima apresurando mi cuerpo contra la cama. Una sensación extraña me embargó, algo que no había sentido antes. Me quedé quieto y dejé que la araña recorriese mi cuerpo. Luego me metí en el baño y me quité toda la ropa. Me tumbé en el suelo completamente desnudo y sentí cómo el frío me atravesaba la piel. Poco a poco, el peso del mundo se fue desvaneciendo y yo me encontré en paz, frío y en paz.

1 comentario:

  1. Sigue poniendo mas cosas como esta que al menos tienes un seguidor aquí...

    ResponderEliminar