Algo se fue ayer con el vuelo de la alondra: se marcharon las manos de los astros que tensan las cuerdas, salió la esperanza de los sabios por conocer las lenguas muertas y los proscritos carneros del sudor que sueñan con oro y Babilonias de color.
Algo se fue ayer con el vuelo de la alondra: partió nuestra niñez de orugas, arrugada en una mochila vieja.
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