Incluso el hombre más sabio sólo sostiene una vela en pleno sol.

viernes, 20 de abril de 2012

Los Escritos 30



R. estaba mayor para plantar sus tomates. Lo hacía todos los años, pero últimamente se encontraba demasiado débil como para cavar la tierra que rodeaba la casa. Se acordó entonces de L. su hijo, que ahora estaba en prisión y decidió escribirle para contarle su problema: "Querido L. estoy triste porque este año no podré plantar mis tomates. Me estoy haciendo demasiado viejo para cavar la tierra. Sé que si estuvieses aquí no tendría este problema. Sé que te gustaría cavar y plantarlos tú mismo, como en los viejos tiempos. Te quiere, papá." Unos días después recibió una carta de su hijo: "Querido papá, no caves en el jardín. Ahí es donde enterré los cuerpos". A la mañana siguiente la policía llegó y cavó todo el área que circundaba la casa de R. Al no encontrar ningún cuerpo, se disculparon con el anciano y se marcharon. Ese mismo día, R. recibió una carta de su hijo: "Querido papá, ahora puedes plantar los tomates. Es lo mejor que he podido hacer en mi situación, te quiere L."

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