Incluso el hombre más sabio sólo sostiene una vela en pleno sol.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Los Escritos 12



¿Cómo lo describía él? ¿Olor de palisandro? Sinestesia sorprendentemente opaca y oblicua. Una farsa sentimentaloide para ventilar su angustia vagabunda y pedestre con la visión edípica de una madre muerta; suponiendo que lo estuviera, pues para mí puede estar tan viva como cualquiera de ellos. Se trata de un soliloquio antiheroico de una complejidad intrincada y poco convencional. Pero… ¿hay alguna que esté realmente satisfecha en toda la historia?, léase: sucesión sucedida de sucesos sucedidos. No lo creo. Hay que darle un enfoque introspectivo, observarlo desde una cierta distancia, incluso en los momentos en los que se requiere nuestra atención, nuestra participación. Palpitante técnica llena de imágenes y analogías; de palabras infieles, de personajes infieles, de actos infieles y gestos cómicos; de facilidad retórica y teosofía poética. La forma lírica, la épica y la dramática interactuando mediante la escritura del silencio, el destierro y la astucia. ¡Bah!, una farsa convenientemente arrojada al mundo en el momento preciso. Como un parto deseado. Eso es; la gestación fetal de lo que vendría después: la destrucción del significado y la verdad. Como un virus letárgico que amenazara con destruir el propio organismo que lo sostiene.

No hay comentarios:

Publicar un comentario