Incluso el hombre más sabio sólo sostiene una vela en pleno sol.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Los Escritos 10



Fue un payaso malabarista: en una mano sostenía un espejo, mientras lanzaba una pluma y una lupa que recogía parsimoniosamente una detrás de la otra. Lo hizo durante tanto tiempo que al final hubo algunos que creyeron ver otro truco malabar cuando en realidad se trataba del mismo, aumentada su velocidad por cien. A la fuerza sus cabezas se embotaron ante aquel movimiento hipnótico e incomprensible. Se lanzaron a la desesperada a intentar convencerlo de que parase esa locura. “Corres el riesgo de que se te caiga la pluma, o la lupa, o lo que es aún peor, el espejo, que tan caro te ha resultado como para sostenerlo con tanta negligencia.” Y no se daban cuenta del truco. Lo que él sostenía y lanzaba una y otra vez al vacío del aire era solamente la lupa. El espejo y la pluma eran sostenidos por el universo y esos nunca caerían.

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